Según el informe que emitieron los socios del proyecto, el etanol que podría obtenerse de los desperdicios de madera –pino radiata y otras maderas blandas- que utiliza la industria existente de celulosa y papel, podría satisfacer las necesidades de combustible de todos los vehículos neocelandeses.
De esta forma Nueva Zelanda se convertiría en un país pionero en el desarrollo de la tecnología necesaria para producir biocombustibles a partir de desechos de madera, marcando un camino futuro que varias plantas de celulosa y papel en el mundo tienen en la mira, como alternativas de diversificación o reconversión de su producción.Fuente: www.adnmundo.com

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