Mucha preocupación causa en Canadá la crisis que está atravesando el sector forestal. Una a una se van cerrando las plantas (mills) lanzando a miles de trabajadores de la industria maderera y de sus derivados. Si bien los analistas no se animan aún a hablar del colapso del sector, si pronostican grandes cambios para la industria forestal.
En el último año y medio el sector forestal de Canadá perdió 5000 puestos de trabajo, casi un cuarto de su fuerza laboral total. 700 puestos correspondieron a la región de Nueva Brunswick, una de las más afectadas.
El motivo de este descalabro es la reducción de las exportaciones de madera y sus productos derivados en más de un 30%, producto de la crisis de préstamos en EE.UU. que bajó su demanda para el mercado de la vivienda. Para agravar el panorama surgió la competencia de la madera de América del Sur –más barata- y se produjo una suba en los costos energéticos. Todo este conjunto de factores hizo que las plantas menos eficientes y con altos costos fueran cerradas.
ABITIBI BOWATER INC, un gran jugador del sector productor de pulpa y papel, por ejemplo dejó sin empleo a 720 personas con el cierre de las fábricas en Shawinigan y Donnacona.
Ya son 32000 los puestos de trabajo perdidos desde 2002 a esta parte en la industria forestal canadiense, según informes de la Asociación de Productos Forestales de Canadá.
No son pocos los que piden la intervención gubernamental para proteger al sector, sobre todo la regulación de los precios de la energía.
Los observadores coinciden en que nada volverá a ser como fue y que se viene un proceso de consolidación y transformación. Los bosques continuarán teniendo un papel clave en la industria canadiense pero los productos derivados de su explotación serán otros. La pasta celulósica, el papel periódico y el de impresión podrían ceder su protagonismo a manos de productos como nuevos como son los bio-combustibles.
Fuente: THE VANCOUVER SUN
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