lunes, 1 de diciembre de 2008

Danilo Astori: “la instalación de la planta (por Botnia) y su funcionamiento no tiene regreso, es algo innegociable”


Extracto del reportaje de Fontevecchia en el diario Perfil al principal candidato a suceder a Tabaré en la presidencia uruguaya.

—¿Quién tiene mayor responsabilidad en la crisis bilateral que atraviesan Argentina y Uruguay?

—Uruguay recorrió todos los pasos que tenía que recorrer, incluso antes de que asumiera el actual gobierno. El gobierno del doctor Batlle también dio los pasos que había que dar. Los estudios ambientales, tanto los que se hicieron en Uruguay por instituciones independientes y de instituciones multilaterales como el Banco Mundial, ofrecieron garantías de seriedad. Por lo tanto, yo creo que Uruguay actuó bien, con mucha paciencia, mucha tolerancia, me refiero especialmente a los bloqueos de las rutas. Y con mucho apego a la resolución jurídica en este tema. Ahora estamos esperando una resolución de la Corte Internacional de La Haya, que probablemente sea para mediados del año que viene. Obviamente, estaremos a lo que la Corte disponga.

—¿Qué supone que dispondrá la Corte de La Haya?

—Supongo que su resolución habrá de sustentar la posición uruguaya.

—Durante la campaña presidencial argentina del año pasado, Cristina Kirchner había dejado trascender que una de sus prioridades sería mejorar la política exterior, ¿en Uruguay creen que logró ese objetivo?

—Yo no creo que estén pasando por un buen momento, ocultarlo sería hasta ridículo.

—En la anterior entrevista con PERFIL, usted también dijo que Tabaré Vázquez “ha tenido mucha paciencia con la Argentina” y que si usted es presidente “y hay que poner paciencia, vamos a ponerla”. ¿El comportamiento del gobierno argentino sólo merece paciencia?

—Yo no voy a calificar el comportamiento argentino. Uruguay actuó bien, incluso, a veces siendo el gobierno objeto de reclamos por parte de otros integrantes del sistema político para que actuara de otra manera, quizá relativamente con mayor dureza. El gobierno tuvo, además, el cuidado de escuchar a todo el sistema político uruguayo.

—¿Siempre la paciencia es recomendable?

—Cuando están en juego cosas tan importantes como en este tema. No siempre la paciencia se mide en las mismas dosis respecto a temas de Estado. En esto creo que vale la pena tenerla y por eso estoy de acuerdo con que el gobierno la haya tenido. Vale la pena porque para Uruguay la relación con la Argentina es una parte muy esencial de su vida como Estado, de su historia, de su presente y de su futuro. Es uno de los temas donde hay que poner más paciencia, tolerancia y, obviamente, inteligencia.

—¿Esa paciencia tiene límite?

—Todas las cosas tienen límites, menos, como dice un amigo profesor de matemáticas, las sucesiones convergentes. En la vida todo tiene límite, salvo que a veces uno no acierta a definirlo, a preverlo, a saber dónde está; actúa, sabe que el objetivo por el que está trabajando es crucial.

—¿Qué es negociable y qué no en el conflicto por Botnia?

—Cuando uno piensa en algo innegociable, piensa en la instalación de la planta y su funcionamiento, eso es parte de la realidad, no tiene regreso.

—Usted anticipó recientemente que habían firmado un acuerdo con Portucel para instalar la papelera más grande del Cono Sur. ¿Puede esto, sumado a la futura instalación de Stora Enso y ENCE, ser foco de nuevos conflictos con los ambientalistas?

—En la medida en que se cumpla con todos los requisitos de cuidado del ambiente, no veo la posibilidad de que sea un foco de conflicto.

—¿Esos requisitos eran los mismos que los de Botnia?

—No soy un técnico en la materia, creo que la gran similitud sería su rigurosidad, pero es probable que por la distinta localización de estos proyectos haya otras exigencias que puedan ser más duras. Stora Enso está proyectando instalarse en el centro del país; ENCE, que se relocalizó, está ahora en el suroeste. Nosotros estábamos repensando que la relocalización de ENCE, que estaba a seis kilómetros de Botnia, podía ser un factor de distensión, de apertura, pero, lamentablemente, no fue así. Y luego tenemos a Portucel instalándose en la zona sureste. El despliegue está territorialmente equilibrado. Portucel va a ser una fábrica de papel, no de pasta de celulosa. Visité una planta de Portucel en Portugal y la prolijidad es absoluta, no hay, ni siquiera, el más mínimo vestigio de olor, y es de un cuidado ambiental admirable.

—¿Qué porcentaje del total del producto bruto de Uruguay van a terminar representando cuando todas estas plantas de celulosa y papel estén funcionando?

—Botnia es hoy 2,3 por ciento. Y Portucel es una inversión que puede llegar a triplicar la de Botnia en volumen financiero.

—¿Agrandaría la economía de Uruguay un 10%?

—No me animaría a decirlo así. Es tres veces más la inversión (Portucel), pero no hay que inferir que vaya a representar similares proporciones. Va a ser una parte importante del producto, pero no me comprometo con esa cifra.

—¿Se podría decir que hay un antes y un después del papel en la economía de Uruguay?

—Va a ser gradual porque estamos hablando de un proceso largo, Portucel puede llevar varios años. Eso todavía no tiene ni siquiera el diseño. ENCE está más avanzado.

Fuente: www.perfil.com.ar

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