sábado, 23 de febrero de 2008

Violento escrache a gerente forestal de Botnia radicado en Concordia

El gerente forestal de Botnia, Mauro Real de Azúa recibió ayer la “visita” de unos veinte a treinta integrantes de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú que realizaron un "escrache" frente a su casa en Concordia.

El ingeniero agrónomo, de nacionalidad uruguaya, está radicado hace unos 30 años en Argentina y su esposa e hijas nacieron en Concordia.

La violenta manifestación incluyó insultos y gritos contra el gerente y su familia, proferidos desde potentes equipos de sonido. Los asambleístas anunciaron que continuarán con este tipo de modalidad de protesta, ante cualquier funcionario de la empresa finlandesa que ubiquen en territorio argentino. "Vamos a seguir buscando a estos personajes y no los vamos a dejar tranquilos", manifestó Ivana Vilches en declaraciones a la agencia DyN.

En su sorprendente declaración agregó que el hecho de que el gerente viva en nuestro país "nos demuestra más todavía que él sabe que su empresa nos va a matar. Por eso estaba escondido en Concordia".

NdeR: Aunque no todos los vecinos pudieran estar enterados de su actividad laboral, eso no significa que estaba “escondido” o en la clandestinidad como quiere hacer ver la combativa asambleísta.

Mauro Real de Arzúa aseguró que a los que se manifiestan contra el emprendimiento de Botnia en Fría Bentos "les falta información, y lamento que no hayamos podido difundir toda esa información necesaria para que la comunidad de Gualeguaychú esté tranquila". Asimismo se manifestó preocupado por este incidente al que calificó de “violento”.

La intransigencia, agresividad, prepotencia, sordera, y falta de sentido común de algunos asambleístas hacen que su “lucha” –que en principio se planteó como una defensa del medio ambiente- quede totalmente desvirtuada y desprestigiada, restándole el apoyo de amplios sectores de la sociedad hartos de la violencia y la agresión.

Desde celulosapapel.blogspot.com manifiesto mi solidaridad para el Ing. Mauro Real de Azúa y su familia, en mi nombre y en el de la inmensa mayoría de los argentinos que quieren vivir en paz, y promueven el diálogo constructivo y el intercambio de ideas para la solución de los conflictos.

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