Mientras que para el Gobierno argentino el fallo será la instancia final y definitiva para la resolución del litigio con el país oriental, los asambleístas anunciaron que lo rechazaran en caso de ser desfavorable y que seguirán adelante con los cortes hasta tanto "Botnia se vaya".
Llama la atención la posición de los asambleístas dado que ellos mismos propiciaron ante el gobierno la presentación del reclamo ante dicho Tribunal, aunque vale aclarar que lo solicitaron en el 2003 y la demanda se hizo efectiva recién en 2006, con un panorama totalmente distinto.
La resolución de La Haya se espera para fin de año, y de ser desfavorable (y mantener los asambleístas su postura intransigente), pondría al gobierno argentino en un brete: movilizar a las fuerzas de seguridad para impedir los cortes o no hacerlo y quedar en un peligroso desacato internacional.
Lo cierto es que los asambleístas ya adelantaron que los cortes seguirán en forma indefinida hasta la relocalización de la planta finlandesa, y que en la reunión con la presidenta solicitarán se tomen posiciones de mayor firmeza al gobierno como ser: el impedimento del paso por territorio argentino de cualquier materia prima o insumo que tenga como destino Botnia y la declaración como "causa nacional" de la protesta que encabezan.
Días atrás el diario Clarín había informado que Cristina Fernández de Kirchner habría calificado como "una locura" la postura de rechazar la decisión de la Corte Internacional en caso que desestime la demanda argentina.
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