sábado, 3 de mayo de 2008

“El ambientalismo no existe” (Eduardo Montes Bradley director de el documental "El Gran Simulador")

(Extracto de la entrevista realizada a Eduardo Montes Bradley –MB- por la revista Noticias –N- del 26 de abril de 2008)

¿Quién es Montes Bradley?
Argentino. 47 años. Escritor, periodista, director y productor de cine. Grabó tres largometrajes de ficción y 41 documentales, además de escribir media docena de libros y publicar centenares de artículos periodísticos en medios locales e internacionales. Para algunos es un personaje extremadamente apasionado e irónico; para otros un desaforado militante de la polémica.

Su último documental “El gran simulador”, es una película que, por su ácido enfoque de los ambientalistas de Gualeguaychú y los cortes en la ruta del puente internacional, le trajo muchos sinsabores. De diatribas verbales de todo calibre y amenazas de muerte, a la prohibición de exhibir el filme en cines locales. Hasta el punto que el documental, con otro nombre –“No a los papelones”– debió estrenarse en salas charrúas a principios de 2006.

MB: “Sigo estando harto de la imbecilidad de mis compatriotas. Aunque ya no me afecta, porque en los últimos dos años se me fue desarrollando una especie de cayos de la estupidez”.

N: “¿Dónde y cómo surgió la idea de hacer la película?”

MB: “Todo empezó en la cocina de mi casa, mientras mi familia dormía y yo leía una nota que Emilio Fernández Cicco había publicado en Noticias. Se trataba de la historia de Nahuel Maciel, un mapuche trucho que no solo había escrito artículos en el diario El Cronista Comercial durante la gestión de Mario Diament y Orlando Barone, sino que hasta se dio el gusto de publicar un libro con una entrevista inventada a Gabriel García Márquez y prólogo apócrifo de Eduardo Galeano.”

N: “La historia te fascinó…”

MB: “Es que estaba muy bien armada y, en un mundo progresista como el nuestro, que un mapuche escriba sobre García Márquez era un éxito. Entonces, llamé a Emilio y le pregunté donde podía encontrar a este tipo. Está en Gualeguaychú, me respondió, desconociendo su actividad. Subí al auto y, sin muchos preludios, viajé hasta esa ciudad. Apenas llegué, encontré al mapuche trucho en la primera línea de fuego del asambleísmo entrerriano. No lo podía creer. El ahora periodista de El Argentino, uno de los diarios de Gualeguaychú, luchando contra las papeleras de la orilla vecina… Enseguida, pensé: la simulación y la impostación en este país son extraordinarias."

N: “¿Para los ambientalistas entrerrianos te transformaste en el diablo?”

MB: “Es posible que crean en términos de Dios y el diablo. Porque la mística de ellos es cristina, y la amenaza es una amenaza apocalíptica, una plaga. Ellos, los mal llamados ambientalistas (abruptamente se detiene)… cuando pienso en el ambientalismo me aparece la imagen de un gay con un desodorante de ambiente en la mano. El ambientalismo no existe.”

N: “¿Y qué existe?”

MB: “La ecología, que es una profesión seria estudiada por gente seria. En cambio, el ambientalismo es una actitud por lo general demagógica e intuitiva. Ellos, los de Gualeguaychú, ven a Botnia como una de las plagas bíblicas.”

N: “Para los militantes de Greenpeace, ¿qué sos?”

MB: “No lo sé. Habría que preguntarles. Les tengo muchísima simpatía.”

N: “¿Te criticaron el documental?”

MB: “Al contrario. Tomaron distancia del conflicto de Botnia porque no estaba a las alturas de los requerimientos de una causa justa. En todo caso, lo que me preocupa de Greenpeace es porque quieren salvar a las ballenas y no a las sardinas… “

N: “¿Nunca tomaste un café con la secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti?”

MB: “Nunca. Sería interesante (carcajadas). Creo que Picolotti está desilusionada con lo que hizo. Inicialmente, había buena voluntad de su parte, en sumarse a la causa de Gualeguaychú. Después, vio la posibilidad de crecer, mientras se acercaba el desastre del Titanic. Creo que ella saltó a tiempo.”

N: “¿Picolotti tiene una cortina de humo que le impide ver un montón de cosas?”

MB: “Hablando de cortina de humo, hay una manga de idiotas parados frente a la costa del río Uruguay esperando que la columna siniestra y diabólica del lado de Fray Bentos emita dos metros cúbicos de humo para poner el grito en el cielo. En tanto estamos tapados por la mierda del humo de los pastizales. Realmente, está mirándose la paja en el ojo ajeno.”

N: “¿Te llamaron los programadores del Bafici (NdeR del blog: festival de cine independiente) para proyectar El gran simulador?”

MB: Sí, el año pasado. Fue la única oportunidad que tuvieron los porteños de ver la película. Se dio dos veces, a sala llena, y generó excelentes críticas de la gente que a mí me interesaba. Fui escondido, camuflado (carcajada).”

N: “Todo lo contrario de cuando ibas a filmar a Gualeguaychú…”

MB: “Siempre en jean y remera. Lo que me resultó curioso es que los piqueteros entrerrianos asumían que yo estaba haciendo un documental a favor de su causa. Lo cual es muy interesante, porque pone de manifiesto algo que es intrínseco al documental argentino: es complaciente con la protesta. Es decir, abandona el lugar que ocupa el documentalista y se transforma en panfleto.”

N: “En alguna oportunidad, ¿no se te dio por ir camuflado?”

MB: “Sí. Pasé a territorio uruguayo por el puente vestido de mujer y coimeando (carcajadas). Fue cuando estaba absolutamente prohibido el paso, yo tenía sentencia de muerte en Gualeguaychú: donde me agarraban me la ponían.”

N: “¿Cómo se te ocurrió disfrazarte de mujer?”

MB: “Tres meses después del estreno de la película, le dije a mis esposa: Vamos a Montevideo, a ver a los amigos y al distribuidor. Cuando llegamos a la zona del corte, los piqueteros nos dijeron que no se podía pasar. Pero les entregué 100 pesos y pasamos normalmente.”

N: “¿Esos son los ambientalistas de Gualeguaychú?”

MB: “Esos son los piqueteros modernos
NdeR del blog: La revista Noticias, donde salió publicada esta entrevista, puso en venta el DVD del documental “El gran simulador” publicitándola como “La película que no se atrevieron a estrenar en la Argentina”. Una mirada distinta sobre el conflicto de las papeleras. A $ 24,90 se consigue el DVD más un fascículo, que prometen polémica y debate (Ver imagen)

Aquí el trailer del documental, rescatado de www.youtube.com

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